Guárdate de los Idus (IV)

La muerte de César, Jean-Léon Gérôme (c. 1867)
Walters Art Museum

Cuando le vieron muerto, huyeron todos, quedando por algún tiempo tendido en el suelo, hasta que al fin tres esclavos le llevaron a su casa en una litera, de la que pendía uno de sus brazos. Según testimonio del médico Antiscio, entre todas sus heridas sólo era mortal la segunda que había recibido en el pecho. Los conjurados querían arrastrar su cadáver al Tíber, adjudicar sus bienes al Estado y anular sus disposiciones; pero el temor que les infundieron el cónsul Marco Antonio y Lépido, jefe de la caballería, les hizo renunciar a su designio.

Los doce Césares, Suetonio. LXXXII.

Comentarios

Entradas populares