La amatista en el siglo XIX
La Amatista Alfons Mucha (1900) |
Nos cuentan en su página de Facebook nuestros amigos de De'Medici Bijoux que febrero es el mes de la amatista. Su color es el violeta: azul y rojo, lo masculino y lo femenino, la sensualidad y la espiritualidad. Su color es el símbolo del poder, en la Antigua Roma sólo la aristocracia podía vestir este color, más tarde el color de los Papas y los cardenales por herencia directa de la Antigüedad.
Amatistas en la joyería victoriana Fots. vía Pinterest, selección Arte XIX |
En el siglo XIX la amatista era considerada una piedra preciosa por su escasez, y además se consideraba símbolo de aristocracia y nobleza, por lo que se cotizaba mucho entre sus miembros. A mediados del siglo XIX era escasísima, los yacimientos más importantes se ubicaban en Alemania y se agotaron. En Oberstein este hecho originó una gran crisis, ya que la amatista era la base de su economía. Mucha gente de esta zona se vió obligada a emigrar, eligiendo algunos Sudamérica. Uno de estos inmigrantes eligió Brasil y allí, en Río Grande do Sul, descubrió que los terratenientes construían los muros de separación de sus fincas con bloques de ágata, pagando a quien les retirase los excedentes. Se hallaron aquí las más grandes geodas de amatista del mundo, y su gran abundancia convirtió esta piedra preciosa en semipreciosa.
Amatistas en la joyería modernista Fots. vía Pinterest, selección Arte XIX |
A finales del siglo XIX su color y su abundancia poblaron de destellos las joyas modernistas, su tonalidad encajaba perfectamente con el gusto del momento, y además... eran violeta, uno de los colores del Voto para las Mujeres.
Comentarios
Publicar un comentario