Jack London confesó: "Es el único libro que escribí con el corazón encogido y los ojos llenos de lágrimas".
En 1902 fue enviado a Inglaterra por el periódico para el que trabajaba para cubrir como reportero la Guerra de los Bóers. Finalmente, tuvo que permanecer siete semanas ocioso en Londres. Ansioso por conocer la vida en la gran metrópoli, recorre sus calles y barrios, y queda impresionado por la miseria en que sobrevivían los desheredados
que se hacinaban en el East End londinense. Decidido a documentarse a fondo para escribir un libro denunciando aquella escandalosa situación, London se disfraza de humilde marinero sin trabajo, duerme en albergues públicos y comparte con los más pobres sus míseros alimentos.
De esta experiencia impactante nace El pueblo del abismo (1903), todo un clásico del periodismo de investigación, una obra reivindicativa y polémica que cosechó un gran éxito en Estados Unidos, y posteriormente en la URSS, al tiempo que fue muy criticada en Inglaterra. Con una prosa tajante como un hacha, London va alternando historias de personajes reales con feroces y certeros análisis políticos, en los que vitupera no sólo al capitalismo despiadado sino al régimen que perpetuaba tal injusticia social: la monarquía británica. El hambre, la explotación infantil, las enfermedades ocasionadas por las condiciones de vida antihigiénicas, el trabajo inhumano sin derechos ni descanso, London no nos ahorra el menor detalle en este descarnado rosario de la miseria humana.
(Texto extraído de la contraportada en su edición por Valdemar (Col. El Club Diógenes), 2003).
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